Gregory Nava, un chicano en La Habana
8 de diciembre de 2011
Por Dianela Cano Rodríguez
Por Dianela Cano Rodríguez
Tomado de www.visiontunera.icrt.cu
Creo que uno de los honores de esta trigésima tercera edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano es la presencia del reconocido director, productor y guionista chicano Gregory Nava. Quizás deba mencionar, para que el lector recuerde, que dirigió cintas tan populares como “Selena” (1997) y “El norte” (1983).
Creo que uno de los honores de esta trigésima tercera edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano es la presencia del reconocido director, productor y guionista chicano Gregory Nava. Quizás deba mencionar, para que el lector recuerde, que dirigió cintas tan populares como “Selena” (1997) y “El norte” (1983).
Originario de San Diego, California, Gregory Nava ha tenido presente en su extensa obra para cine y televisión la realidad del pueblo mexicano emigrante y desprotegido en suelo norteamericano. Según sus propias palabras “tenemos como meta fundamental poner al latino en la televisión y el cine, mostrarlo tal cual es, sus valores y lo que representa para la vida de la sociedad en los EE.UU.”
Sus filmes son muestra de un quehacer artístico que desafía imposiciones, intereses gubernamentales y leyes con el objetivo de develar esas historias silenciadas por la gran industria hollywoodense. Así lo demuestra el drama de los indocumentados contado por “El norte” y en su más reciente entrega, “Bodertown” donde desentraña los asesinatos y desapariciones de cientos de mujeres trabajadoras de las maquiladoras en Ciudad Juárez, México.
Según el propio cineasta la realización de este filme supuso un reto para el equipo de producción y los actores encabezados por Jennifer López y Antonio Banderas, quiénes sufrieron también la amenaza del gobierno mexicano ante la inminente revelación de un hecho oscurecido por los medios de comunicación.
No obstante los obstáculos, este defensor del llamado realismo mágico latinoamericano hace suyas historias cómo estas, tomadas de la más cruda realidad que vive hoy el latino dentro y fuera de la frontera geográfica con los EE.UU y las lleva al celuloide con el sabor, siempre grato de un buen relato. “Bodertown”, sin dudas, es un ejemplo de ese trabajo que comenzó hace muchos años cuando fundó, junto a otros cineastas, el Movimiento de Cine Independiente de los Estados Unidos.