jueves, 26 de mayo de 2016

Elegidas por el miedo

El miedo paraliza, martiriza, somete.

Herramientas para enfrentarse a él no las aprendemos en la casa, ni en la escuela. Por el contrario, es desde allí donde se teje, muchas veces incoscientemente la base sólida que en nuestras entrañas sostiene y aguanta la opresión.

Las elegidas, película del mexicano David Pablos pone el dedo en esta llaga.

Llega con su lente, en ocasiones documental, a una zona clandestina de la sociedad mexicana donde se comercian cuerpos jóvenes, infantiles.

Muchas de las niñas que Pablos retrata y reúne en el personaje de Sofia, son arrancadas de sus hogares con la ilusión del primer amor adolescente que sirve de fachada a uno de los negocios más abominables tolerados hipócritamente por la sociedad.

Quien se acerque al filme, incluido en la selección  de Cannes del pasado año, no podrá menos que sentir culpa. Culpa de vivir en un tipo de sociedad "civilizada" donde niñas desaparecidas, son vendidas como esclavas y obligadas a encuentros sexuales con esos mismos hombres que alzan la mano aún como jueces en la familia tradicional
.
Es un texto cinematográfico cruel, como cruel es el miedo.

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